domingo, 17 de septiembre de 2017

La muchacha anticuada (Louisa May Alcott)

La muchacha anticuada nos presenta la vida de Polly, una joven que por cada poro de su piel rezumaba bondad, amor y buenas intenciones.

Al llegar a la gran casa de su amiga Fanny Shaw, Polly se siente abrumada por tanto lujo sintiéndose fuera de lugar entre tantas frivolidades. ¿Qué hacía una chica de campo, acostumbrada a trabajar y a cosas mundanas, allí?

La familia Shaw refleja el modelo de familia bien acomodada, en una casa grande donde no coincidir con otros era reconfortante. Las palabras dichas bajo ese techo carecían de sentimientos y sólo eran pronunciadas con objetivos ególatras, narcisistas o esnob.

El gran corazón de Polly, que irradiaba humildad y ternura, empezó a calar en la familia haciendo de Polly un faro que direccionaba sus modales. En los tiempos donde la filantropía estaba pasada de moda y no dejaban de crecer malas hierbas de rumores, recelos, envidias... las apariencias relevaban a las convicciones cubriéndolas con una displicencia asfixiante.