viernes, 14 de octubre de 2016

La ladrona de libros (Markus Zisak)

Una historia en tiempos de la segunda guerra mundial llena de sentimentalismo, tristeza y violencia, pero prevalece sobre todo esto, algo que a pesar de la palabra no todos tienen la suerte de poseer, humanidad.

Curiosamente se denota gran humanidad en el narrador del libro, aunque irónicamente ésta sea el personaje de la muerte quien nos conduzca por la vida de Liesel Meminger.

Liesel es una pequeña niña que junto a su hermano y su madre, ponen rumbo junto a Himmelstrasse, donde serán dados en adopción. La mala suerte en la vida de Liesel ya se refleja en las primeras páginas, aunque hablando de ciudadanos alemanes al cuidado de Hitler pocos tenían suerte. El hermano de Liesel nunca llegará a su destino, muriendo en el vagón del tren. Más tarde, después del entierro de su hermano y robar su primer libro, la madre de Liesel la dejará en el número treinta y tres de Himmelstrasse, no volviéndola a ver más. La explicación de este comienzo es que esta niña procede de una familia comunista.

Los Hubberman son los elegidos para cuidar de Liesel. A pesar de que, evidentemente la niña no se quería separar de su madre, allí en esa pequeña casa es capaz de encontrar a una familia y teniendo una estrecha relación con su padre adoptivo Hans Hubberman.

A partir de aquí viviremos el nazismo desde dentro, sintiendo la rectitud del régimen y allí no se admitían titubeos. Lo que cambiará la vida de la familia de los Hubberman será Max, un judío que aparecerá en su puerta buscando su última oportunidad de supervivencia pidiendo ayuda a Hans, antiguo amigo de su padre.

Max, a pesar de no poder vivir como una persona normal, de cierta forma también se integró en esa familia de gran corazón. y teniendo una excelente relación con Liesel, una niña que no lo veía como un sucio judío sino como una persona.

En la aborágine del nazismo Liesel se refugia en los libros y en su familia. La dulzura con la que convive Liesel con el drama surgido alrededor es meritorio. Vemos como unos ojos de doce años tratan de entender un nazismo que no hace más que golpear, que las buenas acciones están castigadas y la forma de vida era obedecer sin preguntar y a pesar de esto leemos a una niña que gracias a su inocencia no odia el régimen porque no lo entiende.

Liesel, es la ladrona de libros, de palabras, de emociones escritas. Y estás serán tan importantes, que literalmente le salvarán la vida.

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