Una familia donde parece que los defectos, obsesiones y contradicciones se heredan y quedan plasmados en ellos como si no pudiesen mover los hilos del destino.Viéndose cada vez más desdichados por su propia forma de ser pero dándose por inmutables. Como el que sólo tiene el entretenimiento de esperar a la muerte sin disfrutar de nada más porque sabe que tendrá un final.
Macondo, un lugar inventado en el que cada pena o cada desgracia quedaba magnificado en un gran ejercicio de hipérbole de García Márquez, jugando con hechos que pueden ser reales pero nunca imaginados en esas circunstancias. (En Macondo el insomnio se contagiaba como la peste, por ello llamada la peste del insomnio o cuando diluvió sobre Macondo duró la friolera de 4 años.)Se relata entre la realidad y la ficción con un juego de realidad exagerada pero que engancha al lector por el simple hecho de nunca haber pensado en algo así. Lo nuevo siempre resulta atractivo, con un toque dramático adictivo.
Esta lectura esta ambientada en un tiempo cíclico, es decir, el comienzo es el final y el final es el comienzo. Todo vuelve a su ser, a su forma natural que nunca debió de transformarse.
Aqui es donde me planteo, ¿Nacemos siendo o terminamos siendo? ¿Depende nuestras decisiones en algo de lo que nos suceda o lo que nos sucede, sin poder de actuación, es fruto de lo que somos? ¿Tenemos un papel importante un nuestra vida o solo seguimos unos railes que siempre nos llevan a la misma estación? ¿Dependemos del destino o el destino depende de nosotros? Nacemos todos iguales pero todos somos diferentes. Como saber si eres victima del destino o verdugo de tu ser. Víctima o verdugo, ninguno tiene un buen final, uno inclina la cabeza, el otro la corta. ¿Cuál es el peor papel? ¿Qué papel se prefiere representar?

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